03 octubre 2006

La venta de armas
Más historias y experiencias. Y como parece que a la gente le gusta saber qué han hecho los demás, yo digo las cosas que he hecho. Prensa del corazón, o algo de eso. Pero como de momento no me he casado ni voy a tener un hijo bastardo, pues resulta algo más ameno.

Esta vez contaré cuando me metí con una organización mafiosa internacional de venta de armas.

Ocurrió una vez cuando iba por la calle, dispuesto a resolver casos, y vi a alguien que resultaba sospechoso. El tío vestía con traje italiano, sombrero italiano, zapatos italianos, y cunado le pregunté de dónde era dijo que de Italia. Como la gente sospechosa me hace sospechar, decidí seguirlo en sigilo.

Durante el camino me pareció más sospechoso aún. Cunado vio una paloma, comenzó a tornarse más oscuro, sus ojos se inyectaron en sangre y le dio un patada, tras lo cual se desató en una risa malvada y despiadada, se arqueó hacia atrás y alzó su rostro al cielo con los ojos apretados mientras seguía riendo y extendiendo sus brazos al aire en señal de maldad. Los perros huían con la cola entre las piernas, los viandantes se abrochaban la gabardina, las novias se abrazaban a sus novios, y las ratas se ocultaban en las cloacas. Las palomas no, las palomas seguían acudiendo allí, porque había pan en el suelo. El malvado las pateaba una a una.

Al final llegó a su guarida secreta, oculta en la ciudad. Era un castillo negro, de torres altas y puntiagudas, rodeado por un foso lleno de cocodrilos, tiburones y pirañas salvajes del medio oeste. Cuando miré hacia arriba hubo un relámpago, y varios murciélagos salieron de la torre central. Empezó a llover y todo se llenó de niebla. Me apunté la dirección, me despedí de él y volví a mi casa.

Cuando llegué a mi casa, maquiné un plan para acabar con aquellos desalmados. Para averiguar exactamente qué plan maquiavélico tramaban, busqué en las páginas amarillas y los llamé. Me hice pasar por capo de la mafia, les dije que había perdido el post-it de la nevera y no me acordaba de lo que iban a hacer.

Resulta que estaban ultimando un plan de venta de armas para gente desarmada. Y encima iban a vender también tiritas y betadine para poder seguir vendiendo más. No podía tolerarlo. Fuí a un foro de cazarrecompensas de Internet y contraté a dos de ellos. Los dos eran expertos en infiltración de guaridas enemigas. Era justo lo que necesitaba.

Cogimos el 39 y nos bajamos en la guarida secreta. Nos escondimos detrás de unos setos. El experto en prismáticos miró para reconocer el terreno. Habían varios masillas custodiando la entrada. Por suerte, no había nadie vigilando la entrada de atrás, así que entramos por allí.

Una vez dentro, atacamos a tres masillas y nos disfrazamos de masilla. Entonces llegó el momento de ejecutar la parte principal del plan.

Llegamos al almacén donde estaban todas las armas. Era bien grande, por lo menos de 100x100 metros. Nos pusimos en el centro, bien centraditos, sacamos dos MP5 cada uno (uno en cada mano) y empezamos a matar masillas y masillas. Los masillas empezaron a disparar, pero por suerte no nos dieron. Cuando acabamos con los masillas, llegaron los masilla-élite, que llegaron a rozarme una oreja y a un compañero le dieron en la uña del dedo gordo del pie derecho. Éstos necesitaron más tiros para caer.

Cuando llegaban más ejércitos de masillas, disparé a los interruptores de las puertas blindadas, y cayeron, deteniéndoles por unos minutos. Ahora era la oportunidad de llenarlo todo de C4 y largarnos.

Pusimos todos los temporizadores a 5 minutos, y salimos por la salida secreta del almacén. Estuvimos a un pelo, pero salimos sanos y salvos. Aunque la cosa no acababa aquí.

El malvado jefe del traje italiano salió tras nosotros volando en cometa, riendo a carcajadas, atropellando palomas y tirándonos bombas redondas con mecha chispeante. Se hizo de noche y empezó a llover. Uno de los expertos le disparó con el MP5, pero no le dio y agotó el cargador. El malvado, borracho de maldad y orgulloso de sí mismo, vociferó terriblemente bajo la lluvia mientras un relámpago iluminaba la noche: "¡SOY INVENCIBLEEEE!".

Entonces pasó un boeing 747 y se murió.

Gracias a nuestra acción, el mundo estaba a salvo. Les dí 10€ a cada cazarrecompensas y se volvieron al foro, donde conocieron dos foreras y se casaron.

Pero yo no lo hice por dinero. Lo hice por convicción. Porque sé que he de prestar un sevicio a la sociedad. Porque no puedo dejar sueltos a malvados como el que acabábamos de combatir.

5 comentarios:

Blogger SPaNKeR profirió...

me gustaria profiriar una profiriacion:
Como es posible que lloviendo el malvado italiano tire bombas negras con mechas? la mecha se apagaria por el agua!
Y segundo, que alto volaba la cometa o que bajo volaba el 747 en una posible maniobra de aterrizaje de emergencia sobre un castillo siniestro.

Por otra parte, te has creado un gran enemigo por eliminar un colaborador mio asesino de palomas, miembro de la APPUMM! (Asesinos de Palomas Por Un Mundo Mejor)

4/10/06 01:52

 
Blogger Hito profirió...

Todo el mundo sabe que las mechas no necesitan oxígeno para consumirse. ¿Nunca has tirado un petardo encendido a un charco o a una fuente? El petardo explota debajo del agua sin problemas.

Y segundo: el boeing 747 estaba haciendo un vuelo rasante para contemplar la ciudad desde el aire con fines turísiticos. En ese momento el comandante mostraba a los pasajeros la interesante disposición de las baldosas de trapería y su contexto histórico.

4/10/06 12:24

 
Anonymous Anónimo profirió...

Qué obsesión tienes con las palomas? XDDDD
Con lo que más me he reido es con esto:
"Las palomas no, las palomas seguían acudiendo allí, porque había pan en el suelo."
XDDDDDD
Qué bueno tio XDDD
Esperando el siguiente articulo ;) A ver si haces uno de jarras asesinas XDDDD

4/10/06 22:50

 
Anonymous Anónimo profirió...

Tengo que propestar formalmente.

¡Protesto!

La Asociación protectora de masillas pondrá una denuncia ante este hecho tan denunciable. Los masillas son personas humanas sin ningún tipo de cualidad salvo la de morir rápido y merecen respeto.

Es indignante, matar masillas sin permiso del ayuntamiento. ¡Qué país!

6/10/06 00:01

 
Anonymous Anónimo profirió...

¡Bah! Todo mundo sabe que el trabajo de un buen masilla consiste en fallar los disparos sin importar lo cerca que esté el blanco (algo que tiene más mérito del que parece), dejar que los protas les peguen de manera estética y acrobática y por último morir (también pueden par Puntos de Experiencia, pero eso sólo si se trata de un RPG).
Seguro que los masillas quedaron muy agradecidos con Hito por ayudarles a cumplir su trabajo, es decir: hacer posible la aparición de violencia irreal y gratuita en la historia.

17/10/06 18:56

 

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